miércoles, 29 de abril de 2009

Anuncios publicitarios según Naomi Klein



Naomi Klein nació en 1970 en Montreal, Canadá. Es una periodista e investigadora de gran influencia en el movimiento antiglobalizador y el socialismo democrático. Es economista política, periodista y escritora. En sus libros analiza las estructuras económicas y la relaciones de poder que éstas generan. Klein sostiene que las empresas ya no se dedican a fabricar productos u objetos, sino marcas; e incluso menciona que en el mercado ya no se lucra con bienes físicos, sino simbólicos.


En los últimos años y día con día el consumismo en el planeta aumenta, provocado así que las empresas de artículos de consumo y sus imperios sólo sobrevivan basados en identidades de marca y haciendo notar que los jóvenes son la clave del éxito de dichas empresas en el mercado. Otra de las técnicas utilizadas es atraer a la gente para vender más productos dándole información relacionada con temas relevantes de la época, como son: homosexualidad, racismo, violencia contra las mujeres, etc.
En todo este frenesí por vender apareció la mercadotecnia de la “diversidad”; pero, en vez de crear distintas campañas publicitarias para los diferentes mercados, las campañas podían vender la diversidad misma a todos los mercados al mismo tiempo.
Actualmente, la palabra clave de la mercadotecnia mundial no es vender Estados Unidos a todo el mundo, sino darle un condimento de mercadotecnia para todos los habitantes del mundo. Es decir, se pretende crear un centro comercial global donde las corporaciones pueden vender un producto único en varios países sin provocar protesta alguna. Con esto, cada vez, la cultura se hace más homogénea, y la comercialización pretende que los productos de marca no se aprecien como estilos de vida y grandes ideas, sino que demuestren ser los artículos omnipotentes que son.
Pero, no todos están de acuerdo en que se trate a la cultura y a la nacionalidad como accesorios de moda (removibles y sustituibles constantemente). Aunque en ciertos sectores económicos, como las clases más pobres, -que constituyen un cuarto de la población mundial – no hay dichos problemas de homogeneización mundial; debido, en gran medida a que la televisión por cable y la mayoría de los productos de marca son sólo un rumor para esos 1.300 millones de personas que viven con un dólar o menos al día.
Sin embargo, la gran esperanza mundial son los jóvenes que viven en los países desarrollados o semidesarrollados; los cuales están cubiertos de marcas y están decididos a introducirse al molde creado por los medios. Los adolescentes se han convertido en los símbolos más poderosos de la globalización. Y, junto a estos compradores adolescentes, se absorbe a toda la familia y al mercado del futuro.
A causa de esto se puede decir que el sector demográfico juvenil es una de las mayores oportunidades de comercialización de todos los tiempos. Y esto se debe, fundamentalmente, en el impacto que tiene la televisión; la cual impone gustos e imágenes de marca que los adolescentes adoptan como suyos. De nuevo ahí presente, la homogeneización.

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